Tiempos de crisis y autismo
Soy autista y la oscuridad es mi mayor refugio.
El silencio es calma.
Muchas veces las palabras no me salen, son momentos de un silencio interno tanto externo que no me fuerza a hablar. Eso me agrada.
Colecciono libros (también los leo). Pero no me sale leer de a uno y terminarlo. Tengo que leer todos juntos y según el día, el que más me llame la atención.
Pasé por muchos diagnósticos erróneos antes de llegar al autismo (y al TDAH).
Trastorno límite de la personalidad, trastorno afectivo bipolar, cuadros depresivos y de ansiedad, entre otros.
Mi psiquiatra de ese entonces se enojó cuando le llevé todo un informe con todos los tests habidos y por haber sobre autismo. Había dado que estoy dentro del espectro y él nunca lo vio, lo negó muchas veces cuando le pregunté la posibilidad y se enojó.
Agradezco haber ido con mi esposa a esa consulta. Ella vio y escuchó las mismas actitudes y palabras que yo. En definitiva le di en el ego a un profesional que no quiso adaptarse ni ayornarse a la actualidad. Palabras textuales de su boca:
"Empezaron a venir muchos pacientes con TDAH y me cansé y tuve que especializarme en eso".
Al brother le faltó ponerle vocación.
La buena decisión es que terminé buscando otra profesional, especializada y que entiende todo lo que me pasa (amamos a Claudia).
Y quizás este sea uno de los muchos descargos que hago cuando no puedo hablar, cuando las cosas me sobrepasan.
Las crisis en autismo no vienen por nada. Son la implosión y explosión de un sistema nervioso que reacciona diferente al neurotípico.
Esto es necesario validarlo y difundirlo.
Los autistas existimos, solo que a veces nuestra condición se torna invisible.
Me pasa en el bondi. Yo tengo la creencia de que los autistas, por más que no tengamos (algunos) movilidad reducida, NECESITAMOS viajar sentados y tranquilos. Les explico por qué para que vean la importancia. Ejemplo real mío.
Me subo a un bondi lleno, muestro mi certificado de discapacidad, la gente me mira, nadie me da el asiento. No lo puedo pedir porque no me sale hablar. No puedo mirar ni hablar con extraños. Viajo parado, apretado, mis sentidos se triplican. Siento todo más fuerte. No puedo soportar que la gente me roce o estar parado con tanta gente cerca. Me abruma demasiado. Llego a casa y se me apaga el cuerpo, no puedo hablar, no puedo comer, se me cierra el estómago aunque tenga mucha hambre, las luces y las voces me marcan. La oscuridad y el silencio son mi refugio. Me encierro en la habitación, a oscuras, en silencio, me cuesta horas poder moverme. No lloro, no hablo, no escucho música, no estoy con el celular, solo respiro, es lo único que puedo hacer (y gracias por eso).
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